
Debes acostumbrarte a trabajar bajo las normas de la diagramación. Hay cierto sentido en eso. Si uno presenta páginas recargadas de texto, espantamos a los lectores. La gente no lee.
Respecto a los artículos que quieres escribir, mi consejo es que abordes aquellos temas que conciernen directamente a la gente. ¿Cuáles son esos temas? Creo que básicamente tres. Te van a sonar a aceite de culebra, pero hay que tratar de entender el asunto con inteligencia. Lo que mueve a la gente es el tridente del bienestar: salud, dinero y amor.
Vamos por pasos. Todo aquello que tenga que ver con la salud interesa a la gente. Todo el mundo quiere estar sano, naturalmente, todos buscamos el bienestar. Claro que esto no debe llevarnos a actuar como curanderos y a escribir sobre el guanarpo y sus efectos sobre la erección ni sobre las bondades del ajo macho.
En un artículo serio, podemos abordar la problemática de la salud, las carencias del sistema público de hospitales, las pillerías de los seguros privados, los esfuerzos de las universidades para encontrar tratamientos alternativos para las enfermedades tropicales, las iniciativas de las ONG por llevar educación sexual a los colegios, etcétera.
En lo que respecta al dinero, aquí sí cae todo el mundo. A la gente le hablas de plata y abre los ojos como quien ve a un fantasma. Entonces, podemos escribir artículos sobre el empleo, la informalidad laboral, los nuevos emprendimientos, las oportunidades de negocio, las alternativas de microexportación. Toquemos los temas que atraen el interés colectivo.
Y sobre el amor, no hay grandes secretos. La súper taquillera saga cinematográfica Starwars de George Lucas fue un éxito no solo por sus efectos especiales, sus extraterrestres y sus naves interestelares, sino porque contaba una historia de amor: la de la princesa Leia con el trotamundos Hans Solo.
El reto es encontrar el ángulo del romance –de las relaciones interpersonales, si quieres, para sonar más a lenguaje de ONG— en las historias cotidianas.
Y entonces nos topamos con que podemos trabajar perfiles interesantes. La indigenista Dora Mayer vivió “templada” de su colega Pedro Zulen en medio de las luchas por los derechos del indio a principios del siglo XX. La suya era una historia de amor, y su telón de fondo se armaba con las reivindicaciones populares en un período en que la sociedad contemporánea despertaba a la formación de los grandes partidos de masas.
Esa historia de amor, por ejemplo, nos da pie para hablar de realidad social, de lucha de clases, de derechos conculcados. Y, así, podemos encontrar otros motivos para artículos interesantes.
En resumen, mi consejo es que sigamos la pista del “tridente del bienestar” con dignidad y elegancia, sin caer en la cursilería y el facilismo de la prensa basura.
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