“El 99 por ciento de la gente que entra al Facebook lo hace para contar su orgía de la semana”, se lamenta Jáuregui, en tono sarcástico. “A mí, los amigos me preguntan: Eloy, ¿cuándo subes las fotos de tu última huasca?”. En resumen –sentencia–, yo creo que las redes sociales no sirven para nada, o para nada útil, al menos.
Sentados a la mesa de honor en el hemiciclo Porras Barrenechea del Congreso, Jáuregui y Sifuentes reflexionan sobre la red de redes, frente a un público formado principalmente por estudiantes de periodismo, a quienes alguien intenta hacerles creer que los blogs, el tweeter y el “Face” pueden servir para el cambio social.
¿Cómo construimos una opinión pública más informada con los recursos de la red?, se pregunta el creador del muy visitado sitio “El útero de Marita”. “En realidad, Internet no va a crear conciencia social en las personas –se responde él mismo—. La web abierta cada día importa menos, la gente va directamente a las aplicaciones.”
“Nos dijeron que Internet crearía más ciudadanía y eso fue un cuento de hadas. En el Perú, la página más visitada es elcomercio.com –donde reinan los temas del espectáculo, notas sobre “Al fondo hay sitio” y el caso del holandés— y le sigue Cholotube”, explica Sifuentes. ¿Con esos contenidos se puede crear ciudadanía?
A tono con los tiempos, y ahora que se viene la campaña electoral, ninguno de los dos pierde la ocasión de referirse al tema, para machacar a su gusto.
“Hace cinco años –cuenta Eloy Jáuregui— una amiga mía que cursaba una maestría en periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, llegó a Lima para ofrecer el servicio de creación y administración de blogs a los candidatos al Congreso”. La idea que quería vender esta señorita era simple: un postulante más cercano al votante de a pie, tiene más posibilidades de ganar la elección.
“La amiga presentó su propuesta a medio mundo; algunos políticos se mostraron interesados y sólo uno tomó sus servicios: ese perdió la elección”, afirma Eloy, con una carcajada, celebrada con bullicio por su ocasional audiencia. “Es que Internet no sirve para nada”, se ratifica el autor de “Usted es la culpable”.
Peor aún. Entre los políticos y candidatos, que empiezan a tomar el Facebook por los flancos, existe la creencia ilusa de que cada “amigo” es un voto, y que un “fan” es, en sí mismo, un activista en potencia. Sifuentes cierra su comentario con realismo: “Esa es una gran mentira.”