jueves, 31 de diciembre de 2009

2009: Unas de cal, otras de arena




La memoria del hombre es selectiva. En el equipaje mental guardamos sobre todo lo útil. Aquello que nos desagrada, lo que nos causa cierta molestia, pasa a un segundo plano, al limbo que precede al olvido. De estos doce meses, me quedo con la sonrisa de mis hijos: el diploma de Daniela en la clausura de su año escolar; el pulgar levantado de Juan Pablo, la alegría de Álvaro por haber aprendido a leer.

Para mí, este año me dejó unas de cal y otras de arena. Como no sé si las buenas son las de cal o son las de arena, diré simplemente que logré las tres metas que me propuse el 31 de diciembre de 2008. Las malas vinieron por el lado del diario. El proyecto que trabajamos en equipo y al que dedicamos numerosas reuniones de planificación, se frustró en el camino. En todo caso, después coordinamos.

Esta noche, haré otros tres compromisos de fondo, para recordarme siempre que la vida es para vivirla, pero sobre todo para lucharla.